domingo, 20 de septiembre de 2015

Verdades de la santería (I): la santería saca lo peor de cada persona

La santería tiene el don de sacar lo peor del ser humano, su lado más oscuro.
He conocido buenas personas, que al entrar en la santería aparece su lado más oscuro.
Pero no es casualidad, porque la santería está hecha por y para sacar lo peor de cada persona.

Desde el momento que estás dentro, y te hacen creer con dones que no poseen otras personas, ya están alimentando tu ego, y haciéndote creer que eres mejor que otros.
Para Dios somos todos iguales, cada uno con unos dones, virtudes y defectos.

Esto comienza a alimentar tu ego, tu egoísmo, tu lado más oscuro.
Porque te crees mejor que los demás, mientras te vas convirtiendo en tu peor versión posible de ti mismo.
Te crees que sabes tu futuro, que puedes adivinar, que puedes ayudar y sanar, cuando no eres ni siquiera capaz de ayudarte a ti mismo en esta situación que te está arruinando la vida. Ni si quiera eres capaz de verlo. Y encima crees que puedes ayudar a los demás. Es para reírse y no parar, visto desde la lejanía.
Así que si puede servir de algo la santería, si has caído en ella, es únicamente para mostrarte tu lado más oscuro como ser humano. Y cuando sales para corregirlo.

Así que si esta supuesta religión es capaz de sacar lo peor de ti, y si miras y conoces un poco no verás más que estafadores, vividores, vicio y muchas cosas peores, de dónde puede venir esta religión?

Lo que queda claro es que de Dios y de los santos no puede ser. Porque es lo contrario.
Entonces la primera conclusión que debes sacar es que los santos con los que trabaja la santería no pueden ser santos, ni muchos menos los santos cristianos, sino más bien una burda de todos ellos.

Queda este post abierto para que tú saques tus propias conclusiones.

1 comentario:

  1. La santería afrocubana, proviene de los esclavos negros traídos de África, ellos hi ieron un sincretismo con los Santos catoli os, para que los dejasen en paz y así seguir con sus brujerías. Esto en síntesis. Detrás de esos rituales está el demonio.

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